Enfermedad de Machado-Joseph

La enfermedad de Machado-Joseph (MJ), también llamada ataxia espinocerebelosa de tipo 3 (AEC3), es una ataxia hereditaria rara. La enfermedad se caracteriza por torpeza y debilidad en los brazos y piernas, espasticidad, una marcha asombrosamente tambaleante fácilmente confundida con ebriedad, dificultad con el habla y la deglución, movimientos oculares involuntarios, visión doble y micción frecuente.

El nombre, Machado-Joseph, proviene de dos familias de ascendencia Portuguesa/de Azores que fueron de las primeras familias descritas con los síntomas únicos de la enfermedad en la década de 1970.

Para los inmigrantes de ascendencia Portuguesa en Nueva Inglaterra, la prevalencia es de alrededor de uno en 4,000. La prevalencia más alta del mundo, alrededor de uno en 140, se produce en la pequeña isla de Flores, en las Azores.

La AEC3 se divide en 3 formas. La AEC3 tipo 1 se asocia con ataxia, oftalmoparesia, signos piramidales, tales como la espasticidad e hiperreflexia y síntomas extrapiramidales, incluyendo distonía y otros trastornos del movimiento que se presentan en la adolescencia. La AEC3 tipo 2 se presenta en la edad adulta media con ataxia, espasticidad y distonía. La AEC3 tipo 3 aparece después de los 40 años e incluye oftalmoparesia y signos de disfunción de las células del asta anterior como fasciculaciones, atrofia y debilidad. El parkinsonismo también puede ser una característica de la AEC3. Una característica que puede pasarse por alto, pero común, es la pérdida de sensibilidad a la temperatura que afecta el cuerpo entero.

El diagnostico de sospecha es fundamentalmente clínico, el diagnostico de confirmación se realiza mediante estudio molecular. Generalmente los déficits neurológicos progresan de forma irreversible hasta conducir a la muerte en unos quince años, especialmente en los tipos I y II, sin presentar deterioro de la función intelectual.

No existe tratamiento curativo específico para la enfermedad el objetivo del tratamiento es mantener el mejor estado físico posible durante el máximo tiempo y la terapia se orienta hacia el control de los síntomas: fatiga, depresión, alteraciones del sueño, dolor, o temblor que desarrollan algunos pacientes. La rehabilitación es necesaria para una mejor movilización de brazos, piernas y columna vertebral. Se hereda como un rasgo genético autosómico dominante habiéndose localizado la mutación responsable de la enfermedad en el brazo largo del cromosoma 14 (14q24.3-q31) y considerándose la forma de ataxia dominante más frecuente en las poblaciones.