Enfermedad de Alzheimer

También denominada demencia senil tipo Alzheimer, es una enfermedad neurodegenerativa progresiva, que se manifiesta con un deterioro cognitivo asociado a trastornos conductuales.

Se caracteriza por un inicio lento de pero progresivo de la pérdida de memoria y de otras capacidades mentales, como cálculo simples. Desde su diagnóstico la enfermedad por lo general dura 10 años, aunque esto puede variar en proporción directa con la severidad de la enfermedad a la hora del diagnóstico.

Los síntomas de la enfermedad fueron descritos por Emil Kraepelin, mientras que la neuropatología característica fue descrita por primera vez por Alois Alzheimer en 1906, y es su nombre el que lleva actualmente la enfermedad, ambos psiquiátras.

Las causas de la enfermedad no han sido dilucidadas, existen algunas hipótesis: Déficit de acetilcolina, acúmulo de amiloide y trastornos metabólicos. Es la primera hipóteiss la que es más antigua y más comúnmente aceptada, también en que se basa la mayoría de los tratamientos.

La fisiopatología de la enfermedad involucra una pérdida de neuronas y sinapsis sobre todo en la región cortical y subcortical. La pérdida resulta en una atrofia y degeneración del lóbulo temporal, parietal y frontal.

Los síntomas en esta fase inicial van desde una simple e insignificante, pero a veces recurrente, pérdida de memoria (como la dificultad en orientarse uno mismo en lugares como calles al estar conduciendo el automóvil), hasta una constante y más persuasiva pérdida de la memoria conocida como memoria a corto plazo. Además una pequeña porción de los pacientes presenta dificultades para el lenguaje, el reconocimiento de las percepciones (agnosia) o ejecución de movimientos (Apraxia),

Los problemas del lenguaje se caracterizan, principalmente, por una reducción del vocabulario y de la fluidez de las palabras, lo que conlleva a un empobrecimiento general del lenguaje hablado y escrito. El diagnóstico se basa primero en la historia y las manifestaciones clínicas, y en las referencias familiares, adicionalmente se ofrecen pruebas para evaluación de memoria, así como exámenes serológicos e imagenología para descartar otra causa, no se ha logrado una certeza de diagnóstico mayor al 85% basado en pruebas histológicas.

En la actualidad no existe cura para la enfermedad de Alzheimer, pero sí tratamientos que intentan reducir el grado de progresión de la enfermedad y sus síntomas, de modo que son de naturaleza paliativa. El tratamiento disponible se puede dividir en farmacológico y psicosocial.

Farmacológico: Fármacos inhibidores de colinesterasa (tacrine, donepezilo, rivastigmina, galantamina) fármacos que intervienen con la regulación de la neurotransmisión glutaminergica. La intervención psicosocial es con psicoterapia y estimulación de las capacidades cognitivas.

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